jueves, 21 de septiembre de 2006

El huracán que no fue tal

Bueno, pues hace ya algunos días que he comenzado las clases y he tenido tiempo para (más o menos) asimilar la pérdida de mi libertad vacacional.
La última novedad es que al nuevo profesor de Matemáticas ya le hemos puesto mote. Es el Gordon, porque ha venido a la vez que el famoso "huracán", y su llegada ha sido objeto de múltiples comentarios, ninguno de ellos cierto (como en el caso del ya mencionado viento fuerte, que iba para tornado y se quedó en pedo)
Y alguna cosilla que me ha pasado en estos días: en Filosofía he descubierto la maravillosísima (como diría, si viviera, Papuchi) teoría del todo cambia, una perla de los relativistas griegos. Esta teoría es la leche en patines, porque vale para .
-Oye, ¿cuántos son dos más dos?
-Cuatro.
-Gracias.
-Ah no, espera, que ahora son cinco.
-De acuerdo. Cinco pues.
-Pero dentro de... ya serán tres.
-¿Cómo que tres?
-¡Uh, demasiado lento! ¡Ahora son siete!
Y en Historia, mi profesor es mítico. Ya le tuve hace dos años y he de decir que es un crack. Todo un personaje, vaya. Sabe más de la vida sexual de los personajes históricos (sean reyes, reinas, generales, escritores o lo que quieras) que los del Aquí hay tomate sobre la vida de la Pantoja. Su rey "favorito" es Fernando VII, Fernandito, como él le llama. Dice que fue un calzonazos real (chiste suyo, no mío) Y a José I le llama Pepe Botella o el rey de copas, porque puso impuestos sobre el alcohol y las apuestas en los naipes. Incluso hace juegos de palabras como éste: "La reina apoyaba a Godoy, y Godoy se apoyaba en la reina, jeje"
Por último, me despido con el mote que el ya mencionado docente aplica al lumbrera de George Bush:
Bush Bunny.

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