lunes, 15 de enero de 2007

¿Te pongo unas mechas?

Sí amigos, sí. Hablemos de las peluqueras, esa terrible especie cruel y de alma malvada que convive entre nosotros día a día... (ti-to-ta-ti-to-tí, música de Cuarto Milenio)
Ellas tienen el poder de hundirte en la miseria -si deciden que "cortarte las puntas, para sanearte el pelo, cariño" consiste en pegarte un tijeretazo de padre y muy señor mío, que te chafan en un segundo la labor de estar atiborrándote a fruta y verdura (sin Knorr Vie ni mariconadas de ésas) para que el pelo te crezca más rápido -y poder lucir así una melena gata-salvaje, miau. Y es que ellas tienen un sistema métrico más raro que las putas pulgadas inglesas. Para ellas, "las puntas" son "despídete de tu hasta entonces larguísima melena, y entérate de que disfruto con ello, mwahahahah", y "un par de dedos" lo son... pero en sentido vertical. Serán zorras...
Además tienen una obsesión enfermiza con las mechas, ese diabólico invento que usan para hacerte esclava de sus tintes y potingües, seguramente hechos con grasa de niño, barba de House y pelo de sobaco de gallina diabética -a lo Jean-Baptiste Grenouille, vaya- a juzgar por el hedor que despiden. Y están obsesionadas con que las mechas sean rubias, para mí que se perdieron el capítulo de Barrio Sésamo de los colores, y se quedaron atascadas en el amarillo. O eso, o están obsesionadas con el Yélou submarín de los Bítels.
El otro día, reprimiendo un terrible espanto y pavor, acudí a someterme a una de sus sesiones de tortura -que esa es otra, porque todas las putadas que encajas en una peluquería son porque tú quieres- porque quería ponerme unas mechas de colores fuertes.
Horror.
Fue decir esa palabra maldita y cayó un trueno, el cielo se partió en dos, las estatuas de la Virgen lloraron sangre -pillamos la escenita, ¿no?- Vamos, que a la mujer se la encendió una lucecilla satánica en la mirada mientras estudiaba con una voracidad mal disimulada las múltiples posibilidades de tortura que la melena rizada hasta media espalda de una servidora le ofrecía.
(Tragué dos océanos de saliva)
Me ofreció sentarme en un sillón -mi mente se lo imaginó con correas, pinchos y electrodos a lo silla eléctrica genuina made in USA- mientras ella "preparaba el tinte" Cogí una revista de cotilleo, para intentar no pensar en mis inminentes desgracias. Lamenté no haberle pedido una estampita de San Antón a mi abuela o algo así. Toda mi vida pasó ante mis ojos en un segundo. Comencé a escribir testamento -legando mis posesiones íntegras al coro de traqueotomizados de León- en la suela de mi zapato... cuando mi verdugo llegó.
Traía un cuenco que, por no perder la tradición, olía a mierda en potencia. El mejunje que contenía era azul bilioso, viscoso como la mayonesa -¿mayonesa en el pelo? ¡mamá, miedo!- Dijo que mi base era oscura, así que tenía que aplicarme un "decolorante, nada fuerte, no te preocupes" Asentí. Y me preocupé.
La muy hija de puta mintió como una bellaca. Me dejó unas cuantas mechas de color rubio oxigenado, ese color que tanto detesto si es artificial. Pero no me dejó protestar. Me puso un plástico al cuello y comenzó a aplicar tinte con la alegría del niño que quema hormiguitas con una lupa. Yo veía un violeta intenso y azul -por lo menos respetó los colores que yo quería- y también los churretones que, en su éxtasis, dejaba en mi frente. Así que me quedé azul como un pitufo mientras ella -será vaga- me pedía que contase un cuarto de hora para que se absorbiera el tinte (que parecía témpera)
Conté los minutos, lentos como los del reo a muerte que espera que se cumpla su sentencia. Y ella vino de nuevo, sonriente pero menos -la prohibí cortarme el pelo, y con ello la privé de su más macabro hobby, asesinar melenas- Me lavó el pelo para quitarme los restos de tinte con un agua más caliente que un tío después de ver El Bar Coyote. Me escaldó como un pollo, vaya.
Luego, con la cabeza al rojo vivo, me condujo al sillón maldito donde te peinan. Allí, medio bizqueando por el maldito foco enchufando directamente a mis pupilas, repetí por 567ª vez QUE NO, COJONES, NO QUIERO QUE ME ALISES EL PELO AUNQUE LO TENGA RIZADO, ¿TAN DIFÍCIL ES ESO DE ENTENDER? LISO CACA, NO ME GUSTA ¡NO-TE-ATREVAS-A-ALISÁRMELO, MALDITA-FAN-DE-JENNIFER-ANNISTON!
Uf, qué a gusto me he quedado. La mujer pareció entender, pero aún insistió una última vez -en cuanto me saqué el Kalashnikov de la mochila lo captó, es que soy la mar de persuasiva- Al final me dejó mi pelo como es, rizado natural, y vi que las mechas no me habían quedado nada mal, tan cantosas como yo quería. Aquí podéis ver el flequillo, que es violeta. Luego tengo otras de color azul eléctrico (¡zas!)
... Vale, me he pasado un poco. En el fondo no son tan malas, perversas y/o sádicas... 3 millones de euros invertidos en psicólogos debido a sus "ocasionales" chapuzas -serán zorras- no está mal... Pero que nada mal...

12 comentarios:

Ohdiosa dijo...

jaja...pero seguro que no es para tanto...yo por suerte tengo una peluquera a la que voy desde que tenía...16 años, es una chica de unso 28 o algo así y es un sol...siempre intenta experimentar conmigo, yo le paro los pies pero tambien le dejo hacer sus cosillas conmigo y la verdad es que siempre salgo estupenda (y tambien colabora el que a mi no me chafa casi nada)
pero no te preocupes...el pelo crece!!

Ohdiosa dijo...

jajaja...bueno, al final no ha sido tan malo...yo tambien tengo el pelo rizado (natura, of course) pero cuando voy a la peluquería dejo que me lo alisen...para rentabilizar un poco...ahora lo que tienes que hacer es colgar fotos del resultado!!!

Scarlett dijo...

Jajaja, qué mala pata, ir a una peluquera satánica. Yo voy a una que está debajo de mi casa (vaga hasta para eso) y la peluquera es una señora colombiana muy maja y graciosa.
Ella dice que no le gusta cortar el pelo cuando está bonito, pero siempre se le va un poco la mano, la última vez me lo dejó bastante más corto de lo que pedí, pero me quedé muy contenta, ahora que va cogiendo mi forma me gusta mucho, así que no voy a dejar de ir donde ella.
En cuanto a tintes un día me propuso que me diera brillos morados "que sólo se ven con el reflejo de la luz", me negué rotundamente "que no, que no, ponme un 3 y listo", me hizo caso sin rechistar, "así me gusta", pensé yo :-D

Ohdiosa dijo...

y yo por si el corte de pelo no ha resultado tan positivo te dejo un post nuevo en mi blog...a ti tambien, scarlett ;-)

Zitrone dijo...

¡Muy buenos consejos para animarte, Ohdiosa! Al final me ha quedado bastante chulo. Incluso el chico que me gusta se ha quedado a cuadros... Percibí una babilla en la comisura de sus labios...

Scarlett dijo...

Alize, te digo algo simple y rapido... ¡al ataqueeerl! con ese chico :-P (secundo la moción de OhDiosa ¡queremos esas fotos con el resultado!) Un besote muy fuerte

Zitrone dijo...

Gracias por tu consejo (¿o debería decir orden? jaja) Scarlett.
No te preocupes que estoy manos a la obra. He pensado contar alguna cosa graciosa que me pasa con él, porque es un chaval la mar de salao, y aunque no tengamos nada aún, unas risas sí que nos echamos... Voy a ver si tengo alguna foto decente y os la enseño :)

Ohdiosa dijo...

jaja..me encaaaantaaaa me lo tomo como idea para la proxima vez que vaya a la pelu....es genial (y vaya ojos de gata que tienes en esa foto!!) jaja

Zitrone dijo...

¡Gracias, Ohdiosa! (que no eres nada odiosa, ya que estamos)
¿Por qué será que siempre empiezo mis respuestas a tus comentarios con un "gracias"? :)

nathalie dijo...

ei ei esto entre chicas me apunto!! si que tienes razón limoncito es la pura realidad el lenguaje de las peluqueras no es el mismo que el del resto de las mujeres aunque yo ultimamente he tenido suerte creo que es por que mas bien soy yo la que les hecha una mirada satánica y perciben la amenaza en mis ojos.. que para ojos los tuyos! y me ha gustado tu propuesta en plan "atrevida y arrasadora" a ver si me atrevo con algo de color..unas mechitas? jeje besoss y ososs

Scarlett dijo...

Me encanta lo que te has hecho! pena que no se vea toda la melena, seguro que te queda genial (lo que se ve al menos si que está muy bien) y que ojos... Un besazo guapa(s)

Zitrone dijo...

Jajaja, Nathalie. El recurso "mirada-asesina-no-te-atrevas-a-pasarte-en-el-corte" suele funcionar muy bien ante peluqueras macabras ;)
Estoy bastante contenta con el resultado, aunque en la foto no se ven las partes azules del pelo.
Os animo a que probéis; siempre es diferente a las típicas mechas rubias o claras y os aseguro que te sientes... no sé, como más atrevida con ellas ;)
Besotes