sábado, 31 de marzo de 2007

No tanto

... Tranquilo, no te preocupes. No. No llores.
Por favor.
¿Dices que vas a suspender ese examen, que las fórmulas de química son un gran misterio para ti? ¿Estás avergonzado? No importa, no importa. De verdad que no.
Tranquilo.
No te preocupes por la mala nota que sacarás. Sabes que no es importante. No tanto como tu -horrible- tristeza, como tu cabeza gacha, como tu silencio herido. No me mires arrepentido; no temas una riña que nunca llegará. Mi voz no te lastimará, nada de miradas reprobatorias, ni un asomo de ya te lo dije.
Lo que sí haré será llevar mi mano a tu barbilla. Haré que mires al frente, a mis ojos. Me entenderás. Sabes, sé; sabemos que sí. Pero nada más.
No me dedicaré a destrozarte. No te hundiré en la miseria. Si caes no será por mis palabras.
Sabes que no. Cualquiera podría hacerlo; culparte de todo. No sentir compasión por ti. Excepto yo...
... Creo que por eso, porque lo sabes; por eso me sonreíste.

lunes, 26 de marzo de 2007

Amigo Kant

Me han presentado un nuevo amigo en filosofía: Inmanuelle Kant. Si ya su nombre no es de la vulgaridad de Paco o Pepe, espérate tú a ver su filosofía...
Llega el alemán éste y dice que hay que ser CRÍTICO (sí, con mayúsculas) en detrimento del dogmatismo. Aquí podría emplearse el famoso argumento tal cosa= caca; a juzgar por el empeño del tito Kant en ello. Quedaría como sigue: Dogmatismo= caca. Así, sin paños calientes, ea.
Dice que el dogmático afirma estar en posesión de la verdad sin planteárselo siquiera -véase el por mis cojones de Hume-; lo cual le lleva sistemáticamente al error.
Pues vale, colega. Eso de creer que tú estás en lo cierto que tanto criticas en el dogmatismo no es más que lo que tú mismo haces diciendo que los dogmas son malos... Pero venga, sigue con tu filosofía a ver si te perdono ese fallo garrafal...
Bien. Una vez aclarado este aspecto de suma importancia en la filosofía kantiana, Inmanuelle se pone a criticar la razón pura. Dice que en nuestro conocimiento empleamos los de toda la vida conocidos juicios sintéticos a priori -siempre me imagino al Doctor Zoidberg diciendo esto.
¿Y qué coño es eso? Pues conectar entre sí dos verdades que, aunque evidentes, no tendrían por qué serlo. Un ejemplo sería "Todo fenómeno natural tiene una causa". Según Kant, esto no tendría por qué ser así. Traducido al español del turco-chipriota que parece hablar nuestro amigo filósofo, esto significa que fenómenos como la combustión espontánea o el socorrido yo no he sido existen. Hala. Los científicos a hacer gárgaras de un plumazo.
Dice que si esto nos parece imposible es por unas normas de nuestro razonamiento. Y aquí yo digo: ni normas ni leches, Kant. Eso es así y punto -de nuevo nos referimos a nuestro querido argumento de Hume; la expresión márcate un Hume hace ya furor-; no hay vuelta de hoja.
Pero Kant además de hablar raro es un plasta, y dice que , que existen normas. Normas que nos hacen ser racionales. Pues vale. Lo que tú digas.
Habla luego de la sensibilidad, del entendimiento humanos. Se nos pone etéreo -como el radiocasette. Dice que en nuestra sensibilidad nuestra mente incluye el espacio y el tiempo al percibir algo. Vamos, que una conversación alumno-profesor sería así:
-Has llegado tarde, Juanito. Un negativo.
-Pero seño, mi mente dice que no he llegado tarde, que son menos diez. Es lo que yo percibo.
-Me parece muy bien, pero la mía dice que no. Castigado.
-De acuerdo, pero mi sensibilidad retrasará dicho castigo varios cientos de miles de años.
Un caos, vaya. Aparte de esto, el entendimiento añade más cosas, catorce para ser exactos -según Kant- que dificultan aún más el decir de dónde sale nuestro conocimiento. Por ejemplo, el creer que en el mundo hay cosas nos la hemos inventado, dice el germano éste.
Esto tampoco me lo creo, pero dejemos a Kant en su nube que no es nube -ya que las cosas no existen en su mundo.
Luego se saca una palabreja de la manga -noúmeno- y dice que eso es la verdadera naturaleza de nuestras cosas. Ya que tanto nuestra sensiblidad como nuestro entendimiento añaden algo -tiempo, espacio u otras catorce si nos aburrimos- dice que no podemos conocer cómo es originalmente algo. Esto puede ser cierto en algunos casos -véase el antes y el después de Bibi Andersen- pero como que tampoco cuaja, ¿verdad?
Pero nuestro amigo Kant no se corta y también nos habla de la ética. Afirma que nos mueven dos tipos de imperativos; el hipotético -si quieres X haz Y- y el categórico -haz X porque es coherente con una ley moral válida.
Muy bonito, Kant, pero no entiendo un carajo. Vamos a verlo con un ejemplo radical: Un hombre desea suicidarse, ¿qué debería hacer?
Según el imperativo hipotético, si quiere morir debe suicidarse. Según el imperativo categórico no debe hacerlo, puesto que existe la ley moral respetar la vida propia y ajena que se lo impide... ¡Pero bueno! ¿Qué mierda de ética es ésta que se contradice? ¿Entonces el presunto suicida qué hace? ¿Se medio-suicida?
Pues no, porque el amigo Kant se saca la norma por excelencia que debe regir nuestra conducta -según él- que es "Actúa de forma que la máxima de tu conducta se pueda considerar una ley moral que merezca seguirse" Toma ya.
Como siempre traducimos: Nada de beber, decir tacos, fumar, follar y cía.
¿Voluntarios para seguir la norma kantiana? Yo desde luego no tiro la primera piedra...

viernes, 23 de marzo de 2007

Guerrero

Eres una silueta de cartón de cine mudo.
Trazos angulares te definen como nadie.
Tranquilo, no te encerraré en unas pocas
y tristes palabras muertas.
Sé que no te dejarías.
Huirías con un gruñido de dientes
y unos ojos devastadores; ya lo creo.
Casi puedo verte,
exhibiendo tu misterio.
Cuidado, yo podría resolverlo.
Retroalimentas mi paranoia si me sonríes;
si no lo haces da un paso al frente mi histeria.
El caso es que me duela tu visión.
Maldito; tú y mis nervios
sois buenos amigos.
Joven desgarbado; ansío tus pasos rotos.
Nadie te ha enseñado a luchar
pero tú ya eres mi guerrero.

miércoles, 21 de marzo de 2007

... Lástima

El muchacho de la sudadera roja es ajeno al resto del universo.
Tiene más que suficiente con esa capucha también roja que le regala unos valiosos gramos de anonimato. También agradece los servicios prestados a su pañuelo verde caqui, que en su cuello trepa que trepa ocultando su nariz aguileña.
El muchacho de la sudadera roja es, en fin, un perfecto desconocido.
Lástima que toda su labor de camuflaje involuntario se vaya al traste por sus ojos de gato...

sábado, 17 de marzo de 2007

Un mal trago

No quiero mirar; no quiero.
Hay un instante de dolor atroz
que precede a la excitación.
¡Pero por ti ese instante!
Con el vicio de tus ojos
este trago no me sabe mal.
Intuyo promesas de ti; hay tantas
en un vaso de ese licor... Que abro los ojos.
Ahí estás,
como siempre los ojos verdes quizá demasiado adultos para ti.
Hay algo en ellos oscuro y nocivo;
a todas luces prohibido
que clama por la excomunión.
El rostro de la libertad se parece al tuyo.
La única opción es sonreírte.
Voy enganchándome a las drogas duras
en tus pupilas amazónicas.
Tú y tu orgullosa cabeza adolescente,
tus cabellos, tu sonrisa... , en suma.
Tú eres alguien tan malo que sólo puedo desearte...

viernes, 16 de marzo de 2007

Azul eléctrico

Llevo alas azul
eléctrico
echadas a la espalda.
Son una maldición que adoro.
Crees que conoces la libertad,
pero jamás la probaste.
¿O acaso has sentido en tus labios el sabor
de los héroes? ¿Tienes sangre?
Claro que no.
no sabes nada.
No es cuervo todo lo que vuela.
Tú, para curarte en salud,
intentas que vivir sea un acto vil.
Si por ti fuera, las sonrisas
serían desgranadas hasta encontrar en ellas
qué es lo que me hace reír.
Tú creías que hay frascos para todas las esencias.
Pero sus ojos no se parecen al vidrio muerto.
Prefiero observar en Technicolor.
Amar en estéreo.
Pero no temas, no lo haré ante tus ojos ya muertos; no desplegaré mis alas,
no volaré si eso te atormenta.

jueves, 15 de marzo de 2007

Olor

En Matemáticas no puedes concentrarte así. No.
No si detrás de ti alguien inspira profundamente. No si te das la vuelta y descubres a tu vecino de detrás con sus ojos castaños entornados por la luz del sol -transformados en color miel- que se filtra por la ventana que siempre te gusta abierta.
No si el calor que da su proximidad poco tiene que ver con el fin del frío invierno. No.
Tampoco si de vez en cuando sientes cómo se acerca a ti por detrás, a escasos centímetros de tu nuca y tan sólo respira. No. No si acaricia tus rizos con ternura, como un niño curioso y alegre. No si sabes que Jean-Baptiste Grenouille está sentado a tus espaldas, y si sabes cómo cierra los ojos y en su hermoso rostro se dibuja una sonrisa feliz, pura. No.
No si se entretiene clasificando los tonos en que brilla tu cabello -ahora con algunas mechas negras. No. No si cuando preguntas por qué sencillamente responde que porque le gusta el olor de tu pelo...

lunes, 12 de marzo de 2007

Nada

Nada. Nada.
Mira que,
por más que lo intento,
ni dejas de ser
ni yo dejo de ser yo.
Nada. Nada.
Hay que joderse.
Que no puedo. Nadie puede enseñarme.
Sería una mala alumna intentando olvidarte.
No me obligues.
A veces pienso que mi soledad y yo
somos tus únicas amantes.
Qué bien...
Qué tontería; no lo pienso: lo creo.
Lo sé con una sonrisa
que no tiene por qué resultarte extraña.
Al fin y al cabo
lo sabes.
Sabes que sólo nosotras soñamos contigo;
nadie más te conoce. Créeme.
Olvidas quién eres.
¿Quién sino yo te olvida para luego recordarte?
¿Quién es capaz de tanto?
Sólo los locos nos entendemos.
Y tú estás loco también. Ríe. Ríe, que
nadie más llega siquiera a un atisbo
de eso que llaman mirada
Ama, vive. Hazlo todo. Ya sabes cómo.
No olvides que te vigilan mis ojos.
No busques más allá de mí.
No encontrarás lo que buscas, aunque nadie lo sepa...

jueves, 8 de marzo de 2007

¡Calla!

Nunca bajaré la guardia.
Erijo murallas erizadas de púas
sangrantes de ira;
ladro, gruño, muerdo... Cuando te hablo.
Cierro siete candados de acero toledano.
Y me trago la llave.
Ni tu risa me conmueve
ni me siento tentada a enjugar tus lágrimas.
Así que olvídalo.
Tal vez sepas cuánto te odio;
pero eres bueno. Y lo sé.
Y que en verdad te aprecio;
pero no puedo evitar odiarte ahora.
Crees que lo mío es un problema,
pero no me conoces, no sabes nada.
Nada.
Nunca lo sabrás.
¿Te has enamorado alguna vez?
Entonces cállate. Déjame amarle a solas.
No intentes ponerte en mi situación,
no me digas que duele,
no seas profeta del pesimismo,
no me jodas; ¡calla!
Hago que -aunque no quieras- me odies.
... Y entonces,
justo entonces... Me mira a los ojos.
Y vuelvo a ser amable.

martes, 6 de marzo de 2007

Misterio

Soy un científico y tú mi experimento.
No llores; destilaré tus lágrimas
y descubriré nuevos sabores
de uso industrial.
Abre bien tus ojos color tono 57 del Pantone;
cuento tus pestañas, gradúo tus pupilas,
te asigno especie, clase y raza.
Mira qué fórmula rige tu risa;
esta gráfica sinuosa es tu felicidad.
Con notación científica hallé el peso de tu alma,
despejé las equis e íes de tu mente,
registré ondas REM de sueños rotos
y descifré tus genes secretos.
Radiografías susurran tus huesos,
tu blanca dentición está sana.
Pero hay una cajita misteriosa en tu pecho
con forma de corazón...

viernes, 2 de marzo de 2007

No como yo

Camino y mi caminar
no es particular;
cuando llueve se moja como los demás.
Camino como
y sin embargo
no caminas como yo.
Tú no tropezaste con el veneno
de lo imposible.
A ti no te hirieron sus ojos,
no fuiste tan estúpido; no te enamoraste.
Olvidas que tu mundo es perfecto.
Así que me ves caminar
y no entiendes mi tristeza.
Por eso sonrío.
Para que me entiendas.