jueves, 14 de febrero de 2008

Mi primer callo

... Debe de ser patológico; porque si no no me lo explico.
Ya lo hice una vez, repetí otras dos más de la misma asignatura, y hoy he vuelto a recaer... Sí, queridos cítricos, sí. Lo admito. Me estoy volviendo de una voyeurista tal en cuanto a las clases de de Medicina, que hasta me planteo dejar de incluir mis experiencias en los limones universitarios y crearlas uno propio -se admiten y se necesitan sugerencias para el nombre, que limones colones suena pésimamente mal.
Lo dicho. Hoy mi amigo Jause y yo hemos hecho doblete. Él por tragarse dos horas en la coñazo-asignatura El Medio Natural, y yo por hacer lo propio con su doble Microbiología.
Sí, ya; nos aburrimos mucho.
La diferencia es que Jause se puso a pasar apuntes de no-sé-qué en mi clase y yo, en honor a todos los pringaos' del mundo, me puse a cogerlos como una campeona. Cuatro folios que escribí, que sé que suenan a poco, pero si viérais mi letra -ya lo escanearé y lo pondré- apretá como la faja de una abuela, os parecerían un muy mucho.
Respecto de CCTTMMAA, perdón, El Medio Natural -que es que ya hay ganas de complicarse, que p'al caso son lo mismo-, os diré que en efecto, es un rollo. Poco hay que contar, pues. Una asignatura que debiera ser bastante bonita se transforma alegremente en un bodrio debido a la poca alegría de su docente, que es una de estas ecólogas piradas -ejem, esperemos que no bloguee-, obsesionadas con el maldito ciclo del agua y esas cosas... Volveremos a vernos en Ecología, asignatura anual de , así que a ver si nos coge enchufe.
(A todo esto, he estado en la cafetería de Medicina y madre, es cuatro veces la mía. Pobrecicos Biólogos; es que tenemos un ecosistema muy reducido en nuestra facultad bipiso)
Llegamos a la clase -un aula magna- y Jause me dijo que nadie se sentaba atrás del todo. Os preguntaréis por qué. Bien; no es que los médicos -futuros- se interesen mucho por escuchar y/o atender y se pongan en primera fila, no... Es que al final de la clase hay goteras; que los cubos colocados al efecto así lo atestigüan. Qué decepción.
Nos sentamos y empezamos. El primer hombrecillo en aleccionarnos daba -a mi juicio- bastante bien la clase; aunque a velocidad Match III, como las maquinillas de afeitar.
¡Qué de bicharracos! Que si Staphylococcus aureus, que si Clostridium sp... Eso por no hablar de los nombres de los antibióticos que se los freían; me temo que mi memoria ictiófila no es capaz de transcribirlos aquí. Lo que eché de menos fueron fotos dantescas; porque verlas es mejor que gastarse la guita -va por ti- en una peli de Tarantino, ¡qué de sangre! ¡qué recidive! ¡qué hinchazones! ¡qué puses! ¡qué asco!
Pero bueno, tuve mi momento estelar:
(Profesor): Y esto de la tularemia... ¿no os suena de algo?
(Yo) (Para el cuello de mi camisa): Coño, los topillos...
(Profesor): ¿Cómo?
(Yo) (Visiblemente acongojada): Esto, ¿los topillos?
(Profesor): ¡Exacto, los topillos!
(Jause) (Con sorna): ¡Qué lista!
(Yo): Estos médicos, que no sabéis del campo.
Luego me temblaba la mano, porque pensé que lo mismo el docente se emocionaba y consideraba oportuno seguir preguntándome acerca de dicha enfermedad, de la que, todo hay que decirlo, sólo sé que se trata con la problemática clorofacinona. Ignorante que es una.
El segundo profesor seguía el apasionante y meritorio método educativo del Pábüer Póin, aparte de sazonar con alarmante frecuencia sus frases con un hiriente "esto es más peor".
Y si algo me dejó claro este buen señor, es que primero hay que operar y después preguntar; que esas "CIRUGÍA" que ponía con mayúsculas, negrita, subrayao' y letra tamaño King Kong así lo indicab... obligaban; obligaban.
Para terminar, os diré que el mejor recuerdo que me llevo de la clase no es una nueva experiencia, ni siquiera las risas, ni los fútiles apuntes que tomé, sino un hermoso -y nuevo para mí- callo en el dedo anular.
... Y es que ni universidad ni leches en vinagre; que he tenido que ir a una clase de de Medicina para que me saliera mi primer callo, ¡qué ilu!
Léase la versión de Jause de este atípico San Valentín -que sí, que sé que es hoy.

4 comentarios:

Jause dijo...

Buena historia, que yo también viví, aunque hay que reconocer que mis clases fueron mas interesantes, que esa ctm, dada por una psicóloga, eso si que es pecado.
Tendrás que venir a mas clases para que perpetué el callo, porque en biología el no tiene futuro...jeje, es broma mujer

Besos

Zitrone dijo...

Pues sí, yo echaré de menos esas Ginecologías a las dos de la tarde, esos pruritos vulvares, esas vulvectomías; y sobre todo esas endometriosis...
Respecto del callo, es que manda narices, mira que salirme uno por vez primera a estas alturas de la película. Será tu facultad, que es gafe :P
Volveré a Micro, que no me ha disgustado del todo, y a otras clases, para continuar con estas crónicas de 4º de Medicina vistas desde la mirada de una primeriza Bióloga. Juas.
Un beso

Anónimo dijo...

Saludos a tu nuevo callo, ya os ireis acostumbrando el uno al otro.
Yo mañana parto a tierras lejanas....deseadme suerte.
Saludos!

Vitote dijo...

Esque está científicamente demostrado que agarrar un boli en un aula de medicina te condena a sufrir un callo...Seguramente el de la tularemia sería Joe Gas, que se llama Jose pero como su correo es joegas@... nosotros le llamábamos Joe Gas, o el patito, que parece un patito.Un día te invito a Psiquiatría que seguro que la disfrutas...

A cuidarse