lunes, 24 de agosto de 2009

Poco

¿Alguna vez has acariciado la cabeza de un perro abandonado?
Si lo haces, él y sus ojos rotos te seguirán sin preguntas. Aunque también podría morderte, con esos mismos dientes con los que te defendería a muerte si le quisieras un poco.
Y no te imaginas qué poco más insignificante bastaría.
Y no -me- quisiste ni un poco, ni un poquito, ni una puta mierda.
... La suerte es que ya he dejado de perseguir los coches que se te parecen. Me he dado cuenta de que ninguno de ellos me va a recoger.

8 comentarios:

Belén dijo...

Seguro que ahora que dejas de mirar, alguien para o, lo que es mejor, aprender tu a conducir :)

Besicos

Mitsu dijo...

Pásame la mano por el hombro, ¡hasta el garfio se me ablandaba!

:(

Zitrone dijo...

Belén: Tienes razón... sé conducir, me falta atreverme, pero lo estoy intentando.
Mitsu: Si es que en el fondo los piratas sois unos tiernos.
Besicos de limón

Miquel dijo...

Joder que duro. Aunque es l mejor opción para el que es constantment rechazado.
Salut!!!

Vitote dijo...

Cuando la gente se va de vacaciones, o decide cambiar de vida se desprende de peso y espera encontrar en ese nuevo magnífico lugar, algo que aunque no lo crea, ya tenía. Pero a pesar de ello los perrinos abandonados tratan de sobrevivir, y algunos conocen a damas que les sacan de vagabundos, pero...sólo los más afortunados.

A cuidarse

Vitote dijo...

¡A cuadricularse!

Zitrone dijo...

Miquel: Lo malo es que uno sólo se decide a andar por su cuenta cuando le han abandonado demasiado.
Vitote: Pobres perrinos... este verano unos amigos adoptaron un pastor alemán abandonado que se les coló en casa. Dicen que cada vez que ve un coche azul, trata se seguirlo... y yo, yo ya me cansé de coches azules.
Besicos de limón

hamlet dijo...

Hay coches que no merecen poemas.
Un beso. Y suerte.